CONVIVIR CON UN GATO

Quier compartir con ustedes lo que ha sido la experiencia que he tenido durante los últimos 2 años al convivir por primera vez con un gato.

Antes debo comentarles que debido a mis alergias reumáticas, durante mi niñez nunca tuve mascotas ya que ocacionaban malestar en mi cuerpo.

A los 15 años, y después de mucho suplciar, obuve mi primera mascota: un periquito. Al ser mi primer animal le di mucho amor y comprobé que los animales pueden desarrollar habilidades si les das amor y les dedicas algo de tu tiempo; además descubrí la compatibilidad que existen entre ellos y yo.

Después, a mis 19 años, conseguí el sueño de todo niño: un perro, mi Sophie, a la que adoro con todo mi corazón.

Al trasladarme de ciudad fue imposible traermela y la dejé con mis padres, pero al vivir en una ciudad tan congestionada y con un stress de vida alto, me hacía fala llegar a la casa y enconrar una diversión. Decidí adoptar un gato, bajo restricciones de todos mis conocidos, y me he dado cuenta que aunque "el perro es el mejor amigo del hombre", mi gatico me ha demosrado lo agradecido y las habilidades que puede desarrollar al entregarle amor y comprensión.

Además del maullido, el gato se expresa con su cuerpo. Un gato furioso intenta parecer más grande de lo que es, arqueando el lomo, levantando la cola, y erizando sus pelos, al tiempo que protege sus orejas pegándolas a ras de la cabeza. Un gato asustado baja la cola y la recoge junto al cuerpo, se hace un ovillo, y se apega tanto como puede al suelo. Uno de sus gestos más característicos es mover la cola, acto que los humanos por lo general interpretan erróneamente como enojo, pero que en realidad es una mezcla de dubitación e impaciencia.

Como todo felino, que necesita hacerse notar al mínimo posible, son criaturas extremadamente pulcras y limpias. Dedican una gran cantidad de tiempo al día a la limpieza.

También manejan rígidamente el tema de las heces, enterrándolas en agujeros en la tierra; la costumbre de hacer estos agujeros la efectúan aunque estén sobre un suelo de baldosas, resabio de su instinto por cubrir sus heces. Ocasionalmente parecen sucios, orinando en las paredes, pero esto lo hacen por marcar su territorio, en particular los machos.

Los invito a que me envien historias personales de cosas que les hayan pasado con sus gatos y sigamos nutriendo este blog.